Me resulta difícil escribir este post, pero quiero hacerlo antes de que la vida vaya disolviendo la memoria.
Ayer murió Boni, mi amada cerdita.
Murió, partió, pasó a otro plano. Como decirlo? Elijo describirlo desde la muerte, porque es aquí donde radica mi aprendizaje. No porque crea que las otras palabras no sean apropiadas. Como siempre, es “todo a la vez”.
Para la gran mayoría de los humanos, los chanchos son animales menores.
Es bastante fácil amar a un gatito peludo, suave, chiquito, ronroneante. Vivo con 3 gatos y son mi tremenda debilidad. Amar a un chancho, es conectar con otro nivel de amor y comprensión.
Cuando Boni llegó a casa era “Dumbo”: un cuerpo más pequeño que los gatos, con 2 orejas enormes. Era inquieta, amorosa, divertida.
Le hicimos una correa larga para que pudiera correr y hociqueara a su gusto, buscando paltas y lombrices. Los chanchos hacen pozos mejor que nadie.
Creció rapidísimo, sus orejas mantuvieron su tamaño y el cuerpo se triplicó a las semanas. Se puso fuerte, tan sólida, que si me pisaba sin querer, parecía que me iba a agujerear el pie con sus pezuñas. Su pelo áspero, un perfume precioso a naturaleza.
Mantuvo el carácter juguetón, pedigüeño, con sus ojitos vivaces y contentos.
Hay frases que son bien conocidas… una es “disfrutar como un cerdo”, otra es “comer como chancho” y “sucio como un chiquero”.
Sin duda, la capacidad de disfrute es infinita. No tienen modales, ni delicadeza alguna. Son directos, gozan, se revuelcan, sonríen y agradecen de una manera franca.
Al comer son apurados y por eso tiran todo. La comida es primordial. Lo más importante de sus vidas.
Cuando ya no tienen hambre son capaces de expresar perfectamente lo que sienten y necesitan. Aprender a comunicarse con los animales es un arte: observación, apertura, receptividad, vibrar a la par.
Boni pidió compañía, no quería vivir sola. Buscamos a Angela, con quien vivió peleando de día y abrazando de noche.
Nunca hubiera imaginado que vivir con 2 chanchas iba a significar semejante tarea: alimentarlas, controlar que estén sanas, limpiarle las heridas cuando los murciélagos las mordisqueaban a la noche, en fin, cantidad de cosas prácticas que modificaron nuestra vida.
Sin embargo, hay un hecho que quiero destacar. Boni y yo entramos en sintonía desde el primer momento. Y hubo dos situaciones emocionales mías, personales, que ella expresó a través de su cuerpo. Fue tan pero tan evidente, que no me cabe duda de ello. Las dos veces, erupciones en la piel. Una fue sarna, la otra no se supo, porque desapareció sin necesidad de tratamiento, una vez que yo digerí el episodio que estaba viviendo.
Qué pasó con Boni? Por qué murió?
Creo que son situaciones maestras las que abren preguntas, más que ofrecer respuestas.
En el momento en que ella dejó de comer, supuestamente a causa de una intoxicación, yo estaba en Buenos Aires, ofreciendo el taller de Tarot Evolutivo.
Ese fin de semana, compartí con muchas personas mi preocupación actual: queremos mudarnos de casa, encontrar un lugar más adecuado a nuestro plan y las chanchas se han transformado en un eje central de este problema.
Obviamente las amamos y no las dejaríamos. Entonces… cómo, dónde mudarnos con ellas? Era el tema del momento.
No quiero ser lineal… pero apenas regresé a casa y la vi, le expliqué de todas formas que no se preocupara, que encontraríamos la solución, que ella era parte de nuestra familia.
Sin embargo, con la misma fortaleza con que levantaba su bebedero de cemento, se plantó en su decisión.
4 días después, sin ninguna queja, y dejándose acompañar, medicar, abrazar, masajear…se fue.
Murió de manera impecable. Sin sufrir.
Me di cuenta de que el dolor aumenta por el miedo. Ella no tenia miedo, ni resistía a lo que le estaba sucediendo.
Simplemente se apagó. Y unos segundos antes de hacerlo, me miró fijamente y me pidió: elegí con libertad.
Todavía no puedo creerlo. Me duele tanto que no paro de llorar.
Aun así recibo este mensaje clarísimo, desde mi corazón al suyo:
“Entramos y salimos de esta vida con un fin, todo tiene un sentido. Mientras éste dura, la realidad lo sostiene.
No te apegues a nada, cuando termina, dejalo partir. El amor perdura, lo que se ama no se pierde.
La forma de amar más pura es la libertad.”
Post-data: acabo de ir al corral a darle su desayuno a Ángela. Me invadió una profunda tristeza y fui hasta el lugar donde Boni está enterrada, salpicando la tierra con mis lágrimas y mocos…. De un hoyito, veo aparecer una oruga bastante grande (gata peluda importante…), deslizándose ondulante por la tierra hasta perderse nuevamente entre las hojas. “Ahí voy, todo es transformación… no lo olvides!”
Marisa querida.
gracias por compartir esta experiencia.
te abrazo el alma,
y que puedas elegir con calma, coraje y certeza.
Gracias Boni .
gracias querida. Asi lo haré.
Gracias Marisa y Gracias Boni por el mensaje! Es personal y global a la vez, se lo leí a mis hijos, cariños!
Gracias Nat. Un abrazo!!!